Casi que al final, pero sin desesperar, escapando de una fatigada
situación, llegué presuroso y extasiado al magno evento organizado por el
colectivo esmeraldeño Afro Arte.
Había pasado un año ya y nunca había podido asistir a uno de sus
recitales poéticos siempre marcan mi devenir diario, con sus múltiples publicaciones. Este colectivo formado por
jóvenes entusiastas, es una promesa al rescate lírico de la cultura afro
ecuatoriana. Nació bajo la iniciativa de tres mujeres, quienes gracias a su
esfuerzo y dedicación han logrado sumar otros a artistas, que ayuden a difundir
las nuevas expresiones y propuestas artísticas culturales de la provincia de
Esmeraldas. Además, se autodefinen como un grupo multidisciplinario que
tiene abierta las puertas para todo tipo de manifestaciones artísticas que
quieran ser participes de este dinamismo, el cual, busca integrar las masas a
través del arte.
Esta provincia, cuya riqueza va más allá de la pureza infinita de sus
valles, y la extensa vida inferior de sus mares, ha sido cuna también de
grandes escritores, poetas, cantantes y guerreros, de excelencia histórica y
reconocimiento mundial, que han luchado por mantener su cultura siempre viva.
Por eso, el legado continua a través de los siglos, y ahora bajo la mano de
esta nueva proyecto llamado Afro Arte.
Así que, de ninguna manera podía perderme el evento conmemorativo
de aniversario, del cual quedé satisfecho y además emocionado con la idea de en
algún momento volver a mi tierra y aportar para su crecimiento. Y aunque llegué
algo tarde, pude apreciar en un acogedor y muy tradicional bar, las expresiones
artísticas de jóvenes provenientes de diferentes partes del país, así como
también de nuevas voces literarias y contemporáneas de la provincia de
Esmeraldas.
Me perdí de grandes actos, pero también vizualicé unos cuantos más.
Entre cantos y recitales, bailes contemporáneos y palabras de felicitaciones,
la noche pasó violenta, fugaz como una estrella en busca de sueños por cumplir.
Y creo que el de ellos, apenas se empieza a sentir.
Entre las sorpresas de la noche estuvo la donación de 200 libros de la
biblioteca personal del Ab. y escritor esmeraldeño, Julio Micolta, quien además
exaltó el resultado del esfuerzo de este grupo de jóvenes y agregó un poco de
humor y poesías que alaban a la provincia verde.