sábado, 25 de agosto de 2012

Noches sin querer queriendo !!!



Cuando se juntan más de un esmeraldeño fuera de su contexto real de vida, es un verdadero caos. Al menos es así como resulta cuando algunos de mis consanguíneos me visitan con ánimos de fiesta. El relajo, la bulla, la alegría, el ritmo, se lleva en la sangre y es por eso que en más de una ocasión, cuando tierra verde se junta, hay destrucción, normalmente casi sana, pero al final pesa igual.

Hace un par de semanas atrás una de mis primas, con la que vivía antes se mudó cerca de mi casa y luego pocos días después su hermana. No se como debería tomar este hecho, si con una actitud positiva o negativa, pues a pesar de los problemas e inconvenientes pasados, creo que siempre tendrá algo de bueno mantener a la familia cerca. Te hace sentir menos solo y a la vez más cerca de casa.

La noche anterior fue una representación total del descontrol juvenil actual, es cierto, he tenido peores y más locas, y no es que quiero sentirme orgulloso de algo así, sin embargo, se que mis primas aun no conocen muchas de las cosas que se viven fuera de casa y para ellas fue seguramente fue demasiado. Sin embargo, no fueron las únicas en sentirlo. Yo que hace mucho no "fiesteaba" de esta manera, terminé moribundo por las esquinas.



Aquello que sería una amena noche, acompañada de un par de bielas para refrescar el ambiente, unos naipes de colección y la melodiosa salsa, se convirtió un temblor de emociones. Todo empezó cuando, mi huésped sacó desde lo que yo llamo, su cajita mágica (mochila), una majestuosa botella de Ron, que había comprado en Perú. De repente las ideas cambiaron, y por ende las acciones también.



El grupo crecía, con la presencia de los enamorados de mis primas, además del Checo loco, Otto Lee, y Katiusca que fue la última en llegar. Jugamos, reímos, conversamos y nos burlamos un poco de los demás. Realmente no nos portamos tan bien, sin embargo fue divertido, tanto así, que al termino de la primera botella, la infaltable vaca nos llevó por la segunda. 

Una noche que no recuerdo cuando, ni cómo acabó. Una noche que me hizo reestablecer mi pensamiento, de que beber en exceso es malo, no solo por la salud, si no por las consecuencias al siguiente día. Mientras lo haces el mundo está a tu alcance, pero cuando termina, ese mismo mundo se cae a tus pies. Lo bueno de esto, es que nada, ni nadie te quita lo vivido. Estaré listo para hoy nuevamente. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario